Cómo crear contraseñas seguras y gestionarlas correctamente

En la actualidad, las contraseñas siguen siendo una de las principales barreras de defensa contra el acceso no autorizado a nuestras cuentas y dispositivos. Sin embargo, muchas personas continúan utilizando claves débiles o repetidas que pueden ser fácilmente descubiertas por ciberdelincuentes. En un contexto digital donde aumentan los riesgos, saber cómo crear contraseñas seguras y gestionarlas adecuadamente es esencial para proteger la información personal y profesional.

Una contraseña segura debe ser larga, compleja y única. Idealmente, debe tener al menos doce caracteres e incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Es importante evitar palabras comunes, fechas de nacimiento, nombres propios o secuencias predecibles como “123456” o “password”. En lugar de eso, se recomienda utilizar frases aleatorias, combinaciones inusuales de palabras o incluso crear fórmulas personales que no puedan ser fácilmente adivinadas.

Además de la creación de contraseñas robustas, su correcta gestión es clave. Reutilizar la misma contraseña en varios servicios representa un gran riesgo: si una de esas plataformas es vulnerada, todas las demás quedan expuestas. Por ello, lo más recomendable es contar con una contraseña diferente para cada cuenta importante, especialmente para aquellas que contienen datos bancarios, información personal o acceso a plataformas laborales.

Para facilitar esta tarea, los gestores de contraseñas se han convertido en herramientas indispensables. Estos programas permiten almacenar todas las contraseñas de forma segura y acceder a ellas con una clave maestra, reduciendo la necesidad de recordarlas una por una. Algunos de estos gestores incluso generan contraseñas seguras de manera automática y alertan al usuario si una de sus claves ha sido comprometida.

Otro aspecto importante es la autenticación en dos pasos (2FA), que añade una capa extra de seguridad al requerir un segundo factor —como un código enviado al teléfono o generado por una aplicación— además de la contraseña. Activar esta función en los servicios que la ofrecen es una manera efectiva de evitar accesos no autorizados, incluso si alguien llega a conocer la clave.

En resumen, la seguridad de nuestras cuentas comienza con una contraseña bien construida y una gestión responsable. Dedicar tiempo a fortalecer esta barrera puede marcar la diferencia entre mantener la privacidad o convertirse en víctima de un ciberataque. En el mundo digital de hoy, protegerse no es una opción: es una necesidad.

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